A Propósito de la Descentralización de los Precios


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Es curioso y las razones pueden ser diversas, personas y sobre todo cubanos de bien, que desean y trabajan por el avance del país y en las soluciones para vencer las actuales y complejas condiciones económicas, pueden confundirse o contrariarse ante la crítica de algunas personas que, sin profundizar y estudiar el tema previamente, sin leer y releer con integralidad las normas y los fundamentos que sobre su emisión se publican o más grave aún, sin colocar en su justo equilibrio las causas que lo originan y el impacto de las decisiones, fustigan y exacerban la hipercrítica  a las decisiones que institucionalmente se adoptan. Es por ello de suma importancia ampliar los fundamentos de las decisiones en materia de precios, sus por qué, cómo y para qué.

Los precios de un país son, en última instancia, la expresión de su situación económica y deben reflejar los costos y gastos de producción y comercialización un producto o servicio. En Cuba no responden a la voluntad de una persona o grupo de personas. La política de precios en nuestro país refleja también el impacto de los más de 63 años de bloqueo económico, recrudecido con 243 medidas aplicadas desde mediados del 2019 que afectan no solo la economía interna sino también a la familia cubana, que se ha visto imposibilitada en medio de una pandemia a recibir regularmente y por vías estables y seguras las remesas de familiares y amigos; aunque persistan algunos pagados y que responden a la política del imperio, que pretenden silenciar o tergiversar los efectos reales y nocivos que representa para la economía de una nación, estar bloqueado económica, financiera y comercialmente por el país más poderoso del mundo.

En esas condiciones y unido a los impactos de una crisis económica mundial, agravada por los efectos de la Covid-19 que desde el 2021 ha generado un incremento importante en el mercado internacional de los precios de los alimentos, materias primas e insumos, fletes y en los últimos meses del combustible en niveles muy elevados, sin desconocer además los problemas de ineficiencias que aún tenemos en el sector empresarial; la decisión del Gobierno cubano ha sido y es proteger las tarifas y precios de los productos esenciales y de primera necesidad de la población. 

Entre las tarifas y precios que se mantienen protegidos por decisión del Gobierno se encuentran: electricidad, gas, agua, comunicaciones, productos alimenticios de la canasta familiar normada, los medicamentos y otros de alto impacto. Estos motivan que exista un grupo importante de bienes y servicios con tarifas y precios centralizados que hoy, en no pocas empresas, gravitan en sus resultados o son financiados desde el presupuesto estatal al estar el costo de sus producciones o servicios por encima del precio o tarifa a los que se comercializan.

La descentralización a las empresas de la aprobación de los precios se amplía con el objetivo de lograr más autonomía y permitir más flexibilidad y acercamiento al hecho económico, lo que se ha venido realizando gradualmente. Ampliar la descentralización de la aprobación de los precios minoristas, constituye, además una medida en desarrollo y genera mayor responsabilidad de las entidades que aplican esta facultad, sobre la base de aplicar indicadores de eficiencia en la determinación de los precios.

En este mismo sentido, se han adoptado decisiones similares con los precios de las MIPYMES, los trabajadores por cuenta propia, los productos agropecuarios y también las empresas que trabajan en similares condiciones a estas entidades Estas medidas paulatinamente van demostrando sus resultados, por ejemplo, la estabilidad de los precios de algunos productos agropecuarios y su disminución en épocas de altos rendimientos como el tomate, la cebolla, el frijol y algunas viandas, aunque todavía son precios que requerirán seguir disminuyendo en la medida que las producciones crezcan y se estabilicen.

Estos resultados se contraponen a períodos con precios topados, que desestimulaban al productor al no poder comercializar por sus costos reales Como consecuencia, se producía el abandono de sus cosechas, el desabastecimiento de productos en el mercado y en paralelo, mercados subterráneos con precios altamente especulativos que hoy están presentes ante la carencia de otros bienes. 

En la reciente Resolución 81/22 del MFP se descentralizan los productos relacionados en el Anexo 7, de la Resolución 346/20 del propio organismo, excepto la nomenclatura de productos que en la norma jurídica 81/22 se disponen quedan centralizados para la determinación de sus precios, a saber: los aceites comestibles, el pollo en diferentes formatos, picadillos de aves y res y productos de higiene y aseo de producción nacional, al ser productos de primera necesidad, protegidos en sus precios, a favor de la población.

Por principio, en las medidas que se han adoptado para la descentralización de precios se dispone o exige que en el ejercicio de esa facultad debe tomarse en cuenta la evaluación integral de los costos y gastos con criterios de racionalidad y eficiencia, lo que también reconoce la Resolución 81 del 2022 del MFP. Esto significa no trasladar desde los procesos productivos y/o de comercialización las ineficiencias o el exceso en los costos y gastos que no se justifican. 

La facultad de descentralizar implica responsabilidad y por ende no permitir, en nuestra sociedad socialista que se generen economías de libre mercado para la obtención de lucrativas ganancias En ello juega un papel fundamental las estructuras de control funcional e institucional en el sistema empresarial y de las autoridades gubernamentales en los niveles correspondientes y hacia todos los actores económicos, así como el control popular.

En resumen, la descentralización de la aprobación de los precios es un proceso gradual y necesario que flexibiliza la gestión económica, proceso en el que se realizan análisis económicos financieros que deben propiciar la determinación de precios a partir de cubrir costos y gastos y aplicar una utilidad razonable.

La solución para contribuir a la disminución de los precios, como tantas veces se ha reconocido, también transita por el crecimiento de las producciones nacionales y la amplificación de mayores y mejores servicios a la población. Ese hoy es parte de los restos del sistema empresarial socialista cubano y a eso, todos por el bien de todos, debemos contribuir.

Silvio David Gutiérrez Pérez

Director de Agroindustria del Ministerio de Finanzas y Precios.

Licenciado en Economía Política.

Máster en Finanzas Públicas.

Profesor auxiliar de la Universidad de La Habana.

Autor del libro “Precios o el negocio y el impacto de la devaluación”. 

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28.06.2020

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