La Administración Tributaria de Cuba 26 años recaudando ingresos para el sustento del gasto público
La Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) arriba a sus 26 años de fundada desafiada por una pandemia que aún le impone retos a su sistema.
Hoy día sigue fomentando el uso de las plataformas digitales y de este modo, facilitar el pago de las obligaciones a los contribuyentes, desde la comodidad de su hogar y de una manera segura.
Haciendo un poco de historia, recordamos aquel 14 de
julio de 1958, en que el entonces Comandante Raúl Castro Ruz, estableció el cobro del 10% por concepto de impuestos,
sobre el valor de todas las mercancías destinadas a la venta de
productos agrícolas, forestales, de la ganadería y la minería, con la finalidad
de obtener fondos para la creación y fomento de servicios básicos a la
población de las zonas liberadas, al tiempo que garantizaba una entrada estable
de recursos necesarios al Ejército Rebelde. De esta forma quedaban concretados
los impuestos en Cuba a responder a las necesidades del pueblo.
Exactamente un año después de la firma de la normativa, se promulgó la Ley 447, Ley de Reforma Tributaria, encaminada a utilizar el impuesto como instrumento para acelerar y estimular el desarrollo económico del país, dirigiéndolo a la creación de nuevas industrias y otras producciones así como atender por el Estado sus obligaciones con la sociedad.
En igual fecha fue promulgada la Ley 448 que dispuso entre otros aspectos el empleo de las facilidades del sistema bancario nacional para el cobro de los principales impuestos, la constitución de la Comisión Administrativa Tributaria y el Departamento de Auditoría Fiscal.
A partir de este momento, estas leyes fueron modificándose y sustituyéndose por otras, desapareciendo prácticamente el sistema de impuestos en el país, hasta que, el 4 de agosto de 1994, se estableció la Ley No.73 del Sistema Tributario Cubano que significó su renacimiento.
Atemperado al nuevo escenario, el 29 de junio de 1995, se dio a conocer las atribuciones y funciones de la Oficina Nacional de Administración Tributaria con el objetivo de velar por la aplicación de las normas tributarias, organizar la recaudación de los ingresos y dirigir la auditoría fiscal. Se creaba así la ONAT que llega a nuestros días y que hoy se renueva.
En el 2013 se pone en vigor la Ley 113 del Sistema Tributario y el Decreto 308. La primera, concebida como mecanismo regulador de la economía, el segundo, Reglamento de las normas generales y los procedimientos tributarios, ambos constituyen el basamento legal que sustenta el perfeccionamiento del Sistema Tributario.
Con representación en todos los municipios y provincias del país, la ONAT está presente en la vida de los cubanos. Tiene como principal objetivo recaudar los ingresos para el sustento del gasto público, de ahí que el pago de los tributos constituya un deber social que se revierte en el bien de todos.